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En el dinámico universo financiero, las empresas tecnológicas lideran la vanguardia al introducir tendencias innovadoras. Bancos, fondos y brokers compiten en el juego de las comisiones, mientras los traders buscan capitalizar las tecnologías emergentes para triangular información y obtener una ventaja monetaria, incluso por centavos.
En el universo del trading, los participantes se enfrentan a desafíos como el slippage, la latencia y costos adicionales. Aprovechando estas diferencias, muchos buscan comparar precios y tecnologías para explotar cualquier brecha que les permita ganar no a través de análisis, sino mediante fallos en el sistema.
El arbitraje, una técnica que aprovecha estas brechas, se manifiesta en diversas formas. Tanto el tenedor del dinero como la empresa receptora deben contar con los medios adecuados para identificar y gestionar este tipo de arbitraje.
Esta táctica protege una inversión mediante una contraparte de compra del mismo monto pero en la posición opuesta. Por ejemplo, al comprar oro (XAU/USD), un trader puede abrir una posición de venta para mantener su flotante constante. En el arbitraje de alta frecuencia, la ejecución de miles de operaciones de compra y venta en segundos puede generar ganancias significativas en centavos.
Este tipo de arbitraje se presenta cuando empresas como brokers o fondos carecen de estudios financieros sólidos. Un ejemplo es cuando la distribución de comisiones a los IB supera el costo real por millón de la empresa, llevándola a un déficit operativo.
Contrario a la creencia común, el arbitraje no se limita a plataformas diferentes, sino que puede ocurrir entre tipos de cuentas de un mismo bróker con condiciones de mercado específicas.
Los swaps, una fuente de ingresos para las empresas, pueden convertirse en un talón de Aquiles sin la tecnología de control necesaria. Un trader podría aprovechar un swap positivo antes del cierre del mercado, generando ganancias mediante fluctuaciones mínimas de precios.
Si bien estas estrategias suenan sencillas, el avance constante de las nuevas tecnologías exige mejoras continuas en los equipos tecnológicos y las operaciones dentro de estas compañías financieras.
Escrito por: Stephany Rojas Duque